Se necesitaban. No sé bien si era recíproco, si es que era por los mismos motivos o si al menos era con la misma intensidad, pero se miraban y había en el contacto de sus miradas la misma lejanía y miedo de quien busca refugio. Desconozco si era sano, si les hacía bien o si es que al menos le hacía bien a uno de los dos. Lo único cierto de todo esto es que se necesitaban, y que cada vez que se lanzaban aquella mirada fría y distante, dejaban entrever lo que parecía una curvatura en la boca y una palabra sin pronunciar en los labios.

¿Cómo? ¿Que te ate a tierra?
Yo prefiero que no me deje bajar nunca.

"Empieza tú también". Lamentablemente decirlo es más fácil que la acción, el camino que tomé no es el más fácil ni el más rápido, pero es el que mejor me hace sentir.

Que triste fue ver tanta diferencia, que triste porque he estado en esos zapatos y da lata, en general, porque no es como quiero mi mundo.

No se usa.

Y te repito hasta el cansancio: el sol no es sinónimo de calor, y un cuerpo no es sinónimo de compañía.

Nostalgia de algo que nunca existió.
No es raro, si al fin y al cabo vivimos cosas que nunca existieron en el mismo lugar y en el mismo momento.
... porque no es raro ¿verdad?

No hubo tiempo para entenderlo entonces, para entenderte.

Lo que quería era sencillo: quería una certeza.

Certeza de que eras tú, compañero, la única persona (que sin palabras y con exactitud) podía leerme los ojos.

Notengodudas.

Se habla del cambio con risa, con melancolía, incluso con rabia. Lo triste es lo que no se habla, la reflexión que no se cuenta. Una de vez en cuando se siente más grande, "más madura", pero es fácil volver a viejas prácticas. Es fácil volver a atormentarse con pequeñeces, con inseguridades, con cosas que se suponía estaban superadas. Hay otras que resultan fáciles de ver otras y pasar sobre ellas como si fueran etapas cerradas. No quiero más de eso, ni de ti, ni de terceros. Quiero más de mi, de lo que me exijo, cumplirme metas pero a mi. Metas que llevo con orgullo, las que llevo con amargura, las que llevo con rabia y las que llevo por capricho. Quiero ser yo quien tome decisiones, pero más que eso acciones. Quiero cerrar etapas y mirar atrás sin tanto reproche, quiero dejar de sentirme 'weona', dejar de atormentarme por lo que no supe ver y abrir los ojos a nuevas realidades, a mis realidades.

Estoy de consciente de varias cosas en este minuto, de varias cosas inconclusas también.

Tengo consciencia de mi, de lo que pienso y de lo que veo. Tengo consciencia de mi, de cómo me pienso y de cómo me veo. No me gusta. No me gusto. Quiero que esos vuelvan a ser mis puntos de partida, quiero estar consciente de que en este minuto se forma el cambio, no quiero más, no lo deseo más, lo elimino. Quiero estar conforme pero no con tus estándares, ni con los de los otros, con los míos. Que pueden o no ser exigentes, que pueden o no ser apropiados.

No pido nada, me fijo puntos de llegada.

¿Lo bonito de esto? Las dudas que me comen por dentro.