Y es que simplemente con un poco más de arrebato, con un poco menos de timidez, quizás si en ese instante sólo me dejara llevar por ese momento, quizás todo esto sería tan distinto, quizás estaría escribiendo de lo poco que me agradó llevarme por ese impulso, o quizás estaría secretamente celebrando lo mucho que me agradó ser más valiente en ese momento. Pero siempre será ese momento, un suspiro sobre aquello que nunca se llevó a cabo, un pensamiento sobre eso a lo que me da miedo recurrir, una excusa quizás para intentar calmar la curiosidad que me mata, el miedo de afrontar la indiferencia, el miedo de saber que ya no importas, que ya no (te) importo. Quizás... que lindo dejarlo como un quizás, como una incógnita permanente, como algo que me seguirá persiguiendo, que me seguirá preguntando, quizás si no (te) pensara tanto, esto no estaría sucediendo. Quizás, hoy quedemosnos en el quizás.